La edad y el cicloindoor

Se habla mucho de cuál es la edad óptima para comenzar a hacer ejercicio, la edad para la especialización deportiva y la importancia de practicar actividad física para tener una buena salud y llegar a viejitos sintiéndonos bien y en forma.

Esto está muy claro pero si miramos hacia el lado de lo que realmente ocurre, son muchos los prejuicios que encontramos en gente de mediana edad y edad adulta a la hora de asistir a un evento deportivo (aunque les apetezca) o comenzar a moverse (aunque sepan que les va venir bien).

Este es un tema que tenemos tan claro y que nos interesa tanto que hemos decidido hoy hablar de ello para intentar llegar a esas personas que creen que “no es momento ya” o que “no pueden hacerlo” y demostrar que están equivocadas y que les estamos esperando.

La motivación principal de este artículo, es que sabemos con certeza que si empiezas no vas a arrepentirte. Las mejoras son prácticamente inmediatas, la sensación de bienestar es grande y lo que trae consigo afecta no solo el plano físico sino también el plano psicológico.

Es decir, merece la pena sin lugar a dudas.

Me gustaría comentar como ejemplo una anécdota muy bonita que nos sirve perfectamente para que lo que queremos transmitiros hoy.

El año pasado me invitaron a un evento de cicloindoor en un pueblecito de Jaén, puesto que en ese momento estaba mi madre aquí de vacaciones le pedí que viniera conmigo con la excusa de acompañarme y le sugerí que podía hacer la clase que nunca me había visto (cosas de mamás y de hijas).

Mi madre nunca ha hecho deporte, esporádicamente ha estado apuntada a clases de pilates y en otra ocasión estuvo en un curso de natación. En esos dos momentos la percepción del ejercicio para ella cambió, dejo de ir sin ganas las clases, a ir muy motivada y su discurso era que realmente lo notaba, que se sentía bien, que estaba más tranquila y “que le venía fenomenal”.

Un comentario muy recurrente que esconde un bienestar que va más allá del físico.

“Me viene fenomenal” porque en verdad se desestresa, se relaja y le baja la ansiedad diaria. Altamente común en personas de nuestra generación, de la suya y en la vida cotidiana ésta en la que vivimos.

Bien, el caso es que ella no quería hacer la clase. Decía que físicamente no estaba preparada, que ella no se veía bien en ropa de deporte, que iba a hacer el ridículo con la bici, que era muy vieja ya para empezar con algo así, etc. Limitaciones que ella se ponía por el miedo a no poder adaptarse a la actividad y la ignorancia de que realmente es la actividad la que se puede adaptar a ella. 

Al final con amor y besos (una táctica antiquísima y muy eficaz) la convencimos a intentarlo. Le ajustamos la bicicleta a su medida y le dimos unas pautas para que ella las siguiera. Adaptamos la actividad en trabajo, técnica de ejercicio y resistencia a ella. Le dijimos que podía permanecer sentada todo el tiempo que quisiera, que podía probar el pedaleo de pie y que sin problema volver a sentarse. Le explicamos la técnica de pedaleo de pie y la practicamos un poco. Luego vimos las resistencias y ella a través de sensaciones entendió calibrar su carga media y tener confianza para poner y quitar más resistencia según lo considerara. 

Cuando ya se sintió segura, yo le dejé claro que lo importante era que intentara disfrutar de la clase y ya está, que todo lo demás ya vendría. Ella me sonrío y comenzamos.

El resultado fue genial, mi madre hizo la clase entera, se sentó cuanto quiso y por supuesto no subió la resistencia como yo pedía en clase pero dijo que le había gustado mucho y la recuerdo repitiendo : “Y la he aguantado ¿eh? Al final la he hecho entera, ¿has visto?”

No solo había hecho la clase entera sino que sin darse cuenta ella había estado 45 minutos subida a una bici, que hiciera mucho esfuerzo o no era bastante más que si hubiera visto la clase sentada al lado en una silla. “Cualquier cosa que hagas es mejor que no hacer nada”.

Estaba tan contenta y tan orgullosa de ella que fui un poco más lejos y le propuse hacer el rafting al que nos habían invitado. Le dije que haríamos lo mismo, adaptaríamos la actividad y ella la disfrutaría mucho. Creo que si no hubiéramos hecho la clase de bici el día anterior no lo hubiera conseguido pero me dijo que sí casi al momento.

Lo pasamos genial y ella aún mucho más contenta. Volvimos a casa con la sensación de haber tenido un fin de semana inolvidable pero su cara reflejaba un alegría diferente. Decía que estaba orgullosa de haber superado sus miedos y darse cuenta que no era torpe, que no era tan débil y que podía hacer cosas diferentes, cosas que la desafiaban y ¡que luego además disfrutaba! Se encontraba fenomenal y derrochaba alegría. Valió mucho la pena.

Esta historia tan significativa para mí refleja lo que queremos transmitir. El deporte es clave para sentirnos mejor y el iniciarse en un deporte o actividad física solo precisa de la aplicación del principio de individualización, que se basa en adaptar la actividad que se realice a las necesidades de la persona para que consiga los mismos objetivos que el resto.

Si quieres saber más sobre el principio de individualización, te lo contamos mejor en nuestro otro artículo ¿Quieres progresar y mejorar en ciclo indoor? te decimos cómo.

Aunque esto se extrapola a todo el mundo, nos gustaría incidir más en llegar a aquellas personas de mediada edad y edad adulta, que creen que ya son mayores, que son torpes, que ya no pueden o que no tienen ganas porque la realidad es que la compensación de sólo intentarlo ya merece la pena.

Sobre todo en estas edades, la practica de actividad física moderada regular tiene los siguientes beneficios a nivel físico:

  • Prevención de enfermedades cardiovasculares.
  • Pérdida de peso.
  • Mejora del tránsito intestinal.
  • Mejora del insomnio.
  • Mejora de los reflejos y de la coordinación.
  • Facilitación de la movilidad y la flexibilidad.
  • Aumento de la agilidad motora.
  • Prevención y mejora de osteoporosis. 

Todo esto entre otras cosas a nivel físico. Los beneficios a nivel mental son:

  • Aumento de memoria.
  • Disminución de ansiedad y nerviosismo.
  • Prevención de depresión y eliminación del consumo de ansiolíticos y antidepresivos.
  • Aumento de sensación de bienestar y relajación.
  • Mejora el buen humor y la sociabilidad con los demás.
  • Mejora la percepción del dolor, en parte porque desaparece. El ejercicio ayuda. 

Esto nos parece muy importante, ya que, la calidad de vida de las personas de este grupo mejora notablemente y solo es cuestión de comenzar y confiar. Estas personas pueden ser tus padres, tú mismo/a, tus hermanos o alguien cercano que seguro te viene a la cabeza y sabes ciertamente que le ayudaría mucho.

Para echar una mano, ya que estamos convencidos que te has animado a dar el paso, el ciclo indoor es una actividad fenomenal para comenzar a moverte y a hacer ejercicio. La bici permite ajustarla a tu morfología y sus herramientas de trabajo también.

El cicloindoor es para ti, seas como seas. De esto también te hemos hablado en este artículo que te dejamos por si quieres más información: ¿El ciclo indoor es para mí? y si tienes dudas sobre qué resistencia es la adecuada en tus clases te recomendamos el artículo de la semana pasada: Cómo elegir la resistencia adecuada en tus clases.

Nosotros en Bestcycling además tenemos un recorrido de 8 clases de iniciación que tienen en cuenta estos factores y que te llevan de la mano desde cero hasta completar una sesión entera. Te las recomendamos mucho para que te animes a comenzar una nueva actividad y por consecuencia, a mejorar tu calidad de vida.

Espero que te haya gustado el artículo, que haya conseguido animarte a dar el paso, que pruebes las clases y bueno, si estás leyendo esto mamá...¡la bici nos espera! =)

Hasta aquí el artículo de hoy, te esperamos la semana que viene para seguir hablándote de cosas que nos parecen interesantes y si tienes alguna idea, háznosla llegar que tenemos ganas de escucharla. 

Mientras tanto disfruta de tu día y ya sabes ¡Practica Bestcycling!